La comida canaria, mejor en un guachinche
Hay muchas formas de degustar la jugosa gastronomía canaria, pero tal vez la mejor de todas –por auténtica, tradicional y entrañable- es dirigirse a un guachinche. Fantástico, pero, ¿qué es un guachinche?, preguntará cualquier peninsular.
Pues un guachinche no es otra cosa que un restaurante casero, es decir, una suerte de establecimiento hostelero –que no tiene categoría de tal establecimiento y, por tanto, no ha de saldar cuentas con el fisco- situado en un domicilio privado –habitualmente, en el garaje de una casa-.
Al parecer, el origen de los guachinches está ligado a los puestos que montaban muchos agricultores y ganaderos tinerfeños para vender sus productos directamente a los ingleses, ahorrándose así el pago a intermediarios. En este sentido, algunas fuentes sostienen que guachinche procede de la frase inglesa ‘I am watching ye!’, es decir, ‘¡Les observo!’, frase con la que los compradores ingleses indicarían al vendedor que estaba listo para probar los ricos vinos canarios.
Sea como fuere, lo cierto es que los guachinches siguen estando ligados a la temporada vinícola, aunque muchos de ellos abren prácticamente todo el año. La teoría dice que en los guachinches se vende vino, que puede acompañarse de tres o cuatro platos. En la práctica, tan importantes en los guachinches son ya los vinos como la propia comida, que obviamente rebasa los tres o cuatro platos.
Por tanto, pocas cosas distinguen ya un guachinche de cualquier restaurante tradicional, excepción hecha de su ubicación. Sin embargo, una cosa sí los hace diferentes: su respeto a las recetas tradicionales, con manjares como la Ropa Vieja, la Carne Fiesta o las Papas Arrugadas, entre sus platos más destacados.
Para visitar estos curiosos lugares, lo más conveniente es situarse al norte de Tenerife, en las zonas comprendidas entre Tacoronte, La Matanza, La Victoria, Los Realejos y La Orotava. Como diría un autóctono, ‘¡no se arrepentirán!’.
Foto vía: chicharrosenlatados
Los guachinches surgen a la vera de la importante actividad vitivinícola de la Isla de Tenerife: especialmente en los municipios del norte, como Tacoronte, El Sauzal, Tegueste, La Matanza de Acentejo, La Victoria de Acentejo, Santa Úrsula, el Valle de La Orotava, y donde también abundan populares ventas, casas de comidas o sencillos bares.
También surgen en el Valle de Güímar en menor abundancia (Arafo, Candelaria y Güímar), desde mucho antes de que, surgiera la primera Denominación de Origen para VINOS CANARIOS, (Tacoronte-Acentejo).
Los guachinches se corresponden con un cuarto, salón o patio de la casa familiar de la casa familiar, donde la esposa del cosechero ofrecía, como armadero, alguna tapa, sacada de la cocina familiar para acompañar a la «perra de vino».
Fundamentalmente, los guachinches ofrecen a sus clientes un buen vino de cosecha propia y una cocina familiar de guisos caseros, como garbanzas, conejo frito, condumio,carne fiesta, carne cabra, pulpo guisado , etc.
No suele, ni debe haber (por norma), postres, refrescos o café, ni máquina de tabacos ni de chucherías.
Y el funcionamiento del guachinche no debe superar la venta del vino de cosecha propia, ni los 3 meses después de la apertura.
Si quereis visitar un guachinche estupendo, os recomiendo Las Papas Huecas, en Santa Úrsula, se come de vicio y tienen un buen vino. Se llega bajando por gruas Juanele, por debajo de la autopista, en la primera entrada viniendo de Santa Cruz, como a 200 metro bajando, os aseguro que no os arrepentireis, pruebenlo, y los precios muy asequibles. Abren a partir del Jueves a las 19:00 horas y viernes, sabados y domingos desde las 12:00 horas.
Nunca he estado en uno pero leyendo vuestra información la próxima vez que visite las islas me animaré a comer en uno porque no hay nada como comer comida auténtica del lugar que visitas. Sin duda!!!