Teror, hogar de la Virgen del Pino

El desarrollo de la célebre Villa de Teror se circunscribe a dos elementos claves. Por un lado, el hecho de haberse convertido en un importante centro religioso de la isla de Gran Canaria que atrae numerosos peregrinos, especialmente durante la celebración de su conocida romería. Por otro lado, la importancia de la actividad agrícola ha permitido a Teror disfrutar de periodos de bonanza.

La Virgen de Teror, epicentro religioso de la localidad, recibió coronación canónica en 1905 y fue nombrada Patrona de la Diócesis de Canarias en 1914. Todo ello hizo de Teror lugar de destino estival para las familias de mayores recursos, una circunstancia que permitió establecer un sólido tejido empresarial e industrial que permanece actualmente.

El centro histórico de la villa concita el interés de los numerosos visitantes que recibe cada año, al igual que el mercadillo o los miradores desde los que apreciar hermosas vistas, idóneos para la captura de esas fotografías en torno a las cuales recordar la estancia en la isla.

Teror, al igual que el resto de las Islas Canarias, celebra con intensidad las fiestas de Carnaval con desfiles, pasacalles, comparsas y las popularísimas murgas, agrupaciones músico vocales encargadas de aportar el tono crítico y humorístico sobre los más diversos temas, temas que ningún año dejan de lado la política y sus representantes.

Pero sin duda la celebración de la Fiesta del Pino es la de mayor interés y significado, tanto para sus habitantes como para todos aquellos que cada año acuden a la cita. Por cierto, si estás pensando en no perderte las de este año procura reservar alojamiento con tiempo y no dejes la planificación para el final.

Entre sus productos gastronómicos, además de los recursos de la rica gastronomía canaria, destacan el chorizo y la morcilla, así como su agua de mesa y las especialidades de panadería y pastelería.

Aunque la ebanistería, la cestería y la pirotecnia han sido los oficios artesanales con mayor tradición en el municipio, Teror cuenta con una rica artesanía que se manifiesta en otras cuantas modalidades, como la alfarería, la latonería, el bordado, los calados, la cuchillería, o el telar tradicional, entre otras.