Petroglifos, grabados rupestres en Garafia

Hoy voy a llevarlos de nuevo a la Villa de Garafía, el municipio norteño de la Palma, pueblo de larga e interesante historia llena de tradiciones y costumbres aportadas por sus antiguos pobladores y acrecentadas en el tiempo por la lucha de sus moradores en su afán de prosperidad y progreso.

Este municipio, como muchos de los demás pueblos de la Isla Bonita, tiene en muchos rincones de su geografía restos arqueológicos en forma de grabados rupestres. Estos grabados o petroglifos están considerados como el legado cultural de los antiguos pobladores de la Palma, los «benahoritas«, primitivos dueños y habitantes de la isla hasta su conquista en el año 1493 por las huestes españolas de Alonso Fernández de Lugo.

En Garafía hay numerosos puntos de existencia de estos grabados rupestres, como los de la Zarza y La Zarcita, donde, después de muchos años de indiferencia y abandono por parte de la Administración, se construyó un parque como protección para los grabados rupestres y una casa museo para información de los visitantes.  Este enclave se encuentra entre los barrios de La Mata y LLano Negro y el acceso y la señalización hacen muy fácil la visita al Museo.

Mucho se ha investigado sobre lo que quieren representar estos grabados. Ejecutados con la técnica del picado de la piedra, los dibujos son casi siempre geométricos. Circulares, espirales o lineales, pero de una belleza indudable. No sabemos con certeza los motivos de sus emplazamientos, podrían deberse tanto al marcado de sitios para el pastoreo, como a puntos de abastecimiento de aguas, o incluso a lugares para el culto o altares de sacrificios.

En el Parque se la Zarza y La Zarcita, y a pesar de que al fin está protegido de los expoliadores, es patente la prueba del gamberrismo de los que no tienen respeto ni por la cultura ni por los bienes comunes, y dejaron allí la muestra de su insensibilidad y de su crimen cultural.

Aquí les dejo una muestra de lo que no se debe hacer, de lo que es moralmente reprobable y que desgraciadamente se toma muy a la ligera.

Y aprovecho también para denunciar el abandono y el expolio a que están sometidos los grabados de la zona del cementerio. En esta zona las piedras grabadas ha sido desplazadas de su original sitio, partidas a golpes y algunas han desaparecido. Yo misma visité hace algunos años el lugar y tomé fotografías que, al compararlas con otras actuales, confirman lo que digo.

Allí, donde nadie se preocupó de poner ninguna clase de protección para conservar el patrimonio cultural de todos, se ha cometido la misma tropelía que en otros lugares donde existen iguales grabados, dando un ejemplo de ignorancia y abandono por parte de las autoridades que nos avergüenza a todos en general.

La Zarcita, un rincón encantador del monte de Garafía, con una vegetación sin igual, que nuestros antepasados eligieron como un templo para dejarnos su herencia mas preciada y que invita a la contemplación y al silencio, debe ser respetado y cuidado como un tesoro para todos, porque no solo nos pertenece a los palmeros o garafianos, sino que es patrimonio de toda la humanidad.