Haría, la localidad de las flores y las mil palmeras

Haria

En las casas de Haría brotan las flores como fuentes de agua, mientras las palmeras de su valle llegan a decenas de miles, en un fondo tricolor que resulta de la combinación arabesca del blanco de las casas terreras, el verde del palmeral y el ocre de sus campos. Por eso Haría, situada a 28 kilómetros de Arrecife, capital de Lanzarote, es la localidad de los zaguanes de flores y el valle de las Palmeras. Pueblo eminentemente agrícola y ganadero, está rodeado de espacios naturales y galerías volcánicas que penetran en el mar.

No se conoce bien el origen de esta localidad, aunque por los restos etnográficos y antropológicos se sabe que hubo asentamientos aborígenes en este fértil valle. Este municipio ha estado marcado históricamente por la emigración, cuando sus habitantes decidieron huir en tropel de la aparcería y las peonadas agrícolas a los que estaban condenados por los grandes propietarios de las tierras.

Haría tuvo iglesia desde 1619, derribada por el viento en el año 1956. También este pueblo fue víctima de los feroces ataques piratas, destacando los de 1618, cuando los habitantes de Teguise les advirtieron y juntos fueron a refugiarse a la cueva de los Verdes antes de ser traicionados.

Además de un recorrido por el pueblo, que conserva la arquitectura popular de las zonas rurales canarias, las floridas y cuidadas calles del centro urbano resultan placenteras y gratificantes. En el Museo Sacro y Popular, frente a la plaza del pueblo, se conservan añejas imágenes y centenarios objetos religiosos donados por sus vecinos, muchos de ellos emigrantes agradecidos.

En su iglesia parroquial, junto al museo, se encuentra la imagen de una Virgen encinta tallada por Luján Pérez, una de las pocas que deben de estar expuestas en una iglesia en todo el mundo.

En cuanto a sus parques naturales, especial interés tiene el del volcán de la Corona y su extenso malpaís (canarismo antiguo que define un terreno cubierto de lava tupida que antes resultaba improductivo), en uno de cuyos tubos volcánicos están la cueva de los Verdes y los jameos del Agua. De aquí parte el túnel del Atlántico, la mayor cueva submarina del mundo.

Por otro lado, los riscos de Famara guardan la mayor reserva botánica insular, con muchos endemismos. El valle de Haría es más conocido por el de las mil palmeras.

Foto Vía: goforchris

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